El pasado Lunes 24 de junio y disponiendo de un día libre en mi trabajo, decidí que ya era hora de volver a pasear y recorrer el maravilloso parque de El Retiro de Madrid.
No puedo menos que ratificar lo enamorado que estoy de esta ciudad, ver a su gente (todo el que vive aquí y quiere, es su gente) en una maravillosa mañana de lunes, en tan mítico escenario, me hizo avivar maravillosos recuerdos de toda mi vida. Aquí estuve con mis padres (que en paz descanses ambos) y con mi hermana, a la que es imposible dejar de querer; y años más tarde con mis hijos R&S, auténtico motor de mi vida.
Voy a contar la vivencia en dos partes, una descripción de los visitado (fotografiado) y admirado, para terminar con reconocimiento del ambiente mas subjetivo y personal.
Entrando por la no menos mítica puerta de Alcalá, yo mismo, en adelante "el paseante" sube por el paseo de México, deja a la derecha el Teatro de Títeres y llega la fuente de los galápagos
La Fuente de los Galápagos fue inaugurada en 1832 para celebrar el cumpleaños de, la que en el futuro sería, la Reina Isabel II, en 1870 fue trasladada a su emplazamiento actual desde su ubicación original junto a la Gran Vía.
En sus surtidores podemos apreciar la represantación de ranas y galápagos, estos últimos le han dado su nombre popular.
Francisco Javier de Marietegui fue su arquitecto y José Tomás su escultor.
Tras gozar y fotografiar la fuente, antes de caminar por el Salón del Estanque, el paseante giró a la izquierda de la misma, para ver y disfrutar del Templete de Música y la Casa de Vacas.
El Templete de Música, obra el arquitecto Luis Bellido,
por encargo del Ayuntamiento de Madrid en 1925.
La Casa de Vacas, actualmente un teatro, fue construida en 1817 por el arquitecto Isidro González Velázquez y debe su nombre a que fue una vaqueria donde se despachaba leche, la gente tomaba la leche sentado en las afueras de la misma.
Después de las fotos de rigor y disfrutar de ambas joyas, el paseante retomó su itinerario escogido, que no el mejor, para caminar por el Salón del Estanque, quizá el punto neurálgico del maravilloso y majestuoso parque madrileño.
Lunes de mañana con una peculiar tranquilidad; donde habitualmente se suelen ver (y escuchar) músicos, vendedores varios, lectores de tarot y, sobre todo, teatritos ambulantes de títeres y marionetas, que hacen las delicias de los niños, me llena de nostalgia recordar cuando llevaba a los míos hace como 15 años (más o menos).
Conocido como el "Estanque Grande" sus orígenes son un poco difusos, la teoría que tiene mas cuerpo es que fue mandado construir por Felipe II, hacia finales del siglo XIV, aprovechando un lago ya existente.
Sus 280 m. de largo por sus 140 m. de ancho y su altura máxima de 1,8 m, la mínima es de 60 cm., albergan unos 55.000 metros cúbicos de agua.
Precioso ver las barcas deslizarse sobre su superficie para el disfrute de los madrileños (o todo el que venga y nos visite, que puede sentirse como tal), cuántas generaciones hemos remado y paseado sobre sus tranquilas aguas ...
Mis recuerdos son de la motora que daba la vuelta al estanque y que era actividad obligatoria con mis papis todas la veces que veníamos a este pulmón de nuestra Villa; y eran muchas ...
Al fondo de la imagen, se puede apreciar con toda su elegancia, el monumento a Alfonso XII, del que hablaremos más adelante.
El paseante continuó, en su maravillosa mañana madrileña, por el Salón del Estanque hasta llegar al la glorieta donde se alza la fuente de la Alcachofa.
La fuente de la Alcachofa fue construida en 1781 con diseño de Ventura Rodríguez y esculturas de Alfonso Giraldo y Antonio Primo.
Ubicada originalmente cerca de la glorieta de Atocha, fue trasladada al real sitio de El Retiro en 1980.
Foto de rigor, a la par de disfrutar de su maravillosa presencia, nuestro paseante se adentró más en la vegetación del parque, continuando su camino por los pequeños paseos de "parque, parque" donde nada mas entrar se aprecia el Palacio de Veláquez.
El Palacio de Velázquez, construido en te los años 81 y 82 del siglo XIX, para la Exposición Nacional de la Minería, por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, a quien debe su nombre.
Actualmente pertenece al Ministerio de Cultura y se dedica a exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Tras un buen rato disfrutando de su preciosa imagen, el paseo matinal continuó adentrándose entre los caminos a la sombra de árboles centenarios hasta llegar a, lo que nuestro paseante considera, como el sitio mas bonito, agradable, mítico del Parque de El Retiro; El Palacio de Cristal.
Construido por Ricardo Velázquez Bosco, en 1887 con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas, celebrada ese mismo año.
Estructura es de metal, totalmente recubierto por planchas de cristal, de donde debe su nombre.
La decoración de cerámica es utilizada en pequeños frisos y remates obra de Daniel Zuloaga.
De él se escribió en 1887 en El Globo:
... Es el Palacio de Cristal como una catedral de vidrio, de clásicas proporciones, sobre una colina de césped. Sus paredes y muros son inmensas y transparentes vidrieras sostenidas por jónicas columnas de hierro, dispuestas en tres naves sobre una traza de forma de trébol y coronadas por una inmensa cúpula, cuya altura alcanza 22,60 metros, que cubre un magno pilón destinado á las plantas acuáticas. Alrededor, y en las naves laterales, de 14,61 de elevación, han de cobijarse las flexibles gramíneas y elevadas palmas características de la flora tropical de Filipinas. Su majestuosa portada, de gusto clásico y estilo griego, cae sobre una terraza circundada por elegante balaustre, y mira al lago , que se extiende a sus pies como un espejo donde han de mirarse los esbeltos troncos, las verdes frondas y las pintadas corolas que aguarda el Palacio.
En su puerta principal se aprecia un lago artificial, sus escaleras se sumergen en él, y en su fondo están las raíces y parte del tronco de los árboles que lo adornan y acompañan.
En un enclave fantástico, su precioso lago con su geiser artificial, fiel compañero del palacio, hace de su presencia un sitio de obligado reposo, gozo, admiración y toma de fotografías.
Vista del lago desde la puerta del Palacio de Cristal.
Su interior, utilizado para exposiciones culturales diversas, te hace sentir ...
como el paseante no es poeta, mejor no me aventuro a describirlo ..., va a ser mejor descubrirlo en persona.
Ejercicio de actividad maravillosa es sentarse a la sombra y disfrutar de un buen libro con el sonido del geiser amenizando el tiempo -que parece detenerse-.
A la sombra de los árboles, agradable en la calurosa mañana madrileña, el paseante continuó por caminitos preciosos hasta salir al Paseo de la República de Cuba y llegar a la glorieta donde se encuentra la genial Fuente del Ángel Caído.
Obra de Ricardo Bellver (escultura principal ) y Francisco Jareño (pedestal) en 1877, un año más tarde la Fuente del Ángel Caído, originalmente de yeso, hubo de transformarla en bronce para poderla enviar a la Exposición Universal de París de ese mismo año.
El conjunto, escultura y pedestal fue expuesto en su ubicación actual en 1880
Se trata de una de las maravillas que mejores recuerdos aporta a nuestro paseante ya que su madre (la que jamás dejará de amar por más años que pasen) tenía especial preferencia por ella y siempre la nombraba, para que no dejase de verla y admirarla.
Para dar por terminada la convivencia con tan impresionante entorno y dejar algo para una segunda cita con tan cariñoso entorno, el caminante emprendió el regreso por el Paseo de Coches donde pudo disfrutar del monumento al General Martínez Campos; aire patriótico por los cuatro costados del mismo.
Arsenio Martínez Campos, su monumento diseñado por el escultor Mariano Benlliure, consta de un pedestal de piedra que soporta su estatua ecuestre en bronce.
Arsenio Martínez-Campos (Segovia, 1831 – Zarauz, 1900) fue un militar y político español, autor del pronunciamiento militar que significó la Restauración Borbónica en España.
(Nota: ESdN no valora la acción política del General, simplemente informa de su historia, ningún comentario tiene la intención ni de destacarle ni de lo contrario).
En frente de la estatua se encuentra el local de ocio Florida Park.
A principios del siglo XIX Fernando VII encargó construir El Florida Park para recreo de Isabel II, edificio de estilo persa, que la reina utilizó como pabellón de caza.
También famoso porque en él se emitía en directo el programa de TV "Esta Noche Fiesta", a mediados de los 70 del siglo pasado.
Finalmente, el paseante, desde el monumento anteriormente visitado, puso rumbo, al sitio más famoso, visitado, fotografiado, dibujado y pintado de nuestro parque; ahí donde es cita obligada para disfrutar de la paz y tranquilidad de una mañana de diario.
Lugar de citas, quien más quien menos hemos quedado con amigos, familiares...
El monumento a Alfonso XII, junto al lateral más fotografiado del Estanque.
Construido en 1922 por el arquitecto José Grases Riera.
30 metros de alto, 86 metros de largo y 58 metros de ancho, y participaron en su elaboración más de veinte escultores.
En primer término aparece la estatua ecuestre del rey, fundida en bronce, realizada por Mariano Benlliure en 1904. En el basamento central, «La Paz» de Miquel Blay, «La Libertad» de Aniceto Marinas y «El Progreso» de Miguel Ángel Trilles. En el zócalo, tres relieves de bronce. Del monumento central avanzan unas escalinatas hacia el estanque, con cuatro leones de piedra que labraron Vallmitjana y Estany. Debajo de sus pedestales, en bronce, cuatro sirenas, obra de Parera, Atché, Coll y Alsina. También hay dos leones en cada uno de los accesos laterales al hemiciclo.
(ESdN: Vista del Estanque de El Retiro desde el monumento a Alfonso XII)
(ESdN: Ampliación de la vista anterior, podemos ver a otros paseantes fotografiando la grandiosidad del monumento)
El paseante dio por terminada aquí su cita con uno de los muchos e increíbles y emblemáticos lugares que esconde de forma gigantesca la Ciudad de Madrid.
Para una segunda "gozada" dentro del parque, se reserva: La Rosaleda, La Casa de Fieras, El polideportivo de la Chopera, El Parterre, la Montaña Artifical, y alguna que otra maravilla, que podremos apreciar.
Llegados a este punto, a "el paseante", sólo le queda describir el más grandioso, majestuoso, impresionante, agradable y popular de todos los monumentos que se aprecian en El Retiro: SUS PASEANTES.
Excursiones de colegio, grupos de amigos , familias de todas las edades, niños de la mano de mamá y papá o correteando, toda clase social, raza ...
Todo un espectáculo viviente, actividades deportivas, bicicletas, jóvenes en patines (tengas la edad que tengas, si te pones patines en un parque, eres joven), footing, remo.
Baños de sol, libros leídos en el cesped, o en un banco, algún beso romántico sentado a la sombra de cualquiera de sus arboles.
Como recuerdo infantil... los barquilleros, que gozada y como me gustaban ... (y me gustan).
El ruido de risas, de felicidad, de voz infantil, de nostalgia, de conversaciones, de pájaros y más y más; es la música que te acompaña durante la estancia que puedas disfrutar de El Parque del Buen Retiro (El Retiro para los que le amamos).
(Nota de ESdN: Todas las fotos fueron realizadas por quien hemos conocido como El Paseante el pasado lunes 24 de junio de 2013 a excepción de la vista general que aparece en primer lugar)
Fuente de datos: vivencias personales de ESdN e Internet (como era de suponer).
Muchísimas gracias por tu visita.
Felipe Ramos
El Sombrero de Nosferatu.
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